Si ya sé, antes de que empiecen a gritar, les puedo asegurar que este señor
no esta usando un vestido. Este no es ese tipo de blogs.
Fuera de broma, yo no soy ningún experto en música (en mi Ipod de repente todavía hay algo de Paulia – lo mejor que le ha pasado a la música, punto), ni de películas (mientras tenga mujeres y explosiones, tiene 4 estrellas mías) y mucho menos de libros (actualmente estoy leyendo Our Dumb World de The Onion y Garfield 87 – so fat it’s not even funny anymore). Tampoco sigo lo más novedoso e interesante que sale en la internet – para eso leía y sigo leyendo Cucharada.
Mi aportación a este espacio es más del tipo espiritual. Busco que cada persona que lea mis posts se encuentre a si mismo, se ilumine. Busco tocar esos rincones olvidados de su ser, y no de la forma en que lo hacía el tío Bernardo; más bien de una forma menos rasposa y sin tanto olor a Bacardi.
Gracias a mi trabajo he tenido el privilegio de viajar, y mucho. En este punto quiero ser muy claro. El 95% de mis viajes en los últimos 2 años han sido con dinero ajeno (por no decir de trabajo). Ahora es cuando leen y piensan “inche mamón cosmopolita”. Les aseguro, si fuera con mis propios recursos, no llegaría ni a Raymundo Beach (chiste lagunero). El punto es que en estos viajes he logrado identificar algunos buenos lugares a donde definitivamente volvería, y algunos en donde espero no volver a poner pie. También quisiera darles algunos tips que en su momento me habrían sido muy útiles de saberlos.
Primero quiero empezar con lo más fresco. Hoy mismo experimenté el karma de los aeropuertos. Para toda acción o evento positivo que creas vivir en tus viajes, se presentará una acción o evento negativo de igual magnitud. Si en un vuelo largo tienes la suerte de viajar sin acompañante a tu lado, lo más probable es que en ese mismo vuelo pierdan tu maleta. Si tu vuelo llega por alguna razón milagrosa antes de programado, aún así perderás tu próxima conexión por la ineptitud de aduanas.
Esos duendecillos mágicos que se encargan de balancear el karma en los aeropuertos, te seguirán hasta el baño con tal de que no te escapes con un poco de suerte a tu favor. Se la cobrarán de alguna u otra manera; mala conexión Wifi (check), acompañantes de vuelo con mal olor, sobrepeso ó bebes llorones (chec, check, and check), exhaustiva revisión aduanal por tu aspecto de terrorista/naco/depravado sexual (check all of the above), y una larga lista de etcéteras.
Aspecto general de los duendes
del aeropuerto de la Ciudad de México.
Por eso mi primera recomendación es, nunca de los nunca se fíen de estos duendecillos. Son malévolos, tienen acné y probablemente no han tenido sexo en mucho, mucho tiempo. Si sienten que algo salió bien en su último viaje, estén preparados para que un perro policía encuentre rastros de drogas en sus maletas, o peor aún, en algún orificio de su cuerpecito (unchecked, but for how long?).
4 comments hasta el momento. Dinos qué piensas.
suelta la barba piojosa, y la mirada de "¿qué me ves, p*to?", y probablemente los policias dejen de pensar que cargas una cabeza humana en la maleta.
SABADO 15 DE AGOSTO... ULTIMA APORTACION, EN SU PAGINA???
K ESTA PASANDO MUCHACHOS.. AKI NO AHI INFORMACION FRESCA.
p.d. jijijijiji el nuevo editor, es muy chistoso y guapo
Mis compañeros de blog han estado toda la semana en la hamaca, tomando mate y rascandose la barriga. Quieren que el nuevo haga todo, nada más porque soy de color!
Black Pitt! Black Pitt!
Publicar un comentario