Querido diario: Mexico no es como el Red Lobster

De negocios actualmente me encuentro en los Estados Unidos. Específicamente en Columbia Illinois. Todo bien. Todo normal, viaticado, relativamente feliz desayunando, comiendo y cenando en restaurants 4 estrellas. Honestamente no es nada para quejarse. En estos momentos me encuentro en el cuarto de mi hotel tomando cerveza exótica (Miller?!?!?! Que pitas es eso?!?!?!) Repito: “todo bien”

Hace unas horas fui a cenar un Red Lobster. Solo. Y no me quejo para nada. Pero si, pude al fin encontrar un patrón en este tipo de lugares, que por lo que veo, son los puntos de reunión social para las estadounidenses. Vi a varias parejas jóvenes. Y no solo aquí, si no en otros todos los lugares a los que voy a cenar.

Parejas jóvenes y serias. Demasiado serias. En verdad que he visto a un par de wueyes de más o menos mi edad pasar cenas de 1 hora sin sonreír una sola vez. Está bien, en un principio pensé. No son parejas. Pero después de estar observando parejas de reojo, así como lo hace un camarógrafo de National Geographic estudiando a los pingüinos emperador tramitando divorcios, me di cuenta que en verdad son parejas jóvenes. Y no todas, pero si en su mayoría son frías. Muuuuy frías. Algo que nunca nunca nunca he visto en mi país, México.

Después de darme cuenta de esto me dije: “Ey Musculo McPene, tal vez tu país no es el mejor. Por Mucho. Pero mínimo hay calor. Hay humor, hay gente comportándose como gente. Somos gente cariñosa y carismática con identidad. Con folclor." En eso voltee a ver a la pareja una vez mas. Triste y pedante. Observando su ensalada como si fuera el ultimo bocado en un universo postapocaliptico, como un ninja viendo Avatar 3D: al borde de un ataque en vano merecedor de 3 meses de cárcel. El punto es que era una mirada intensa hacia una ensalada con Ranch que hace aparentar que lo demás no existe. Incluyendo tu pareja.

“Wuey” me dije dándole un trago a mi deliciosa cerveza Sam Adams de tarro. “Cabron. Sí es cierto que hay violencia en tu país, sí es cierto que hay carteles matándose, y si hay corrupción, y si hay militares matando civiles sin querer, y si da miedo ir al Seven Eleven de la esquina, y si da miedo manejar tu carro sin pensar que te lo van a robar, y si te ha tocado vivir personalmente actos de violencia cuando hace 1 año los tachabas de paranoias injustificadas, y si ahora crees que no es nada difícil que seas tú o al igual uno de tus queridos victima circunstancial de la violencia que invade el país. Si, si, si, si. Pinches SI.” Creo que para este punto ya habían unas 4 personas viéndome disimuladamente hablar solo. La parejita seguía concentrada en su ensalada Cesar.

Sin querer voltee a ver a mi platillo: un salmón rosado con pimienta, unos brócolis verdes y no sé cuantos camarones atravesados en el centro por una brocheta de madera. Sentí tranquilidad. Y por un momento deje de pensar. O mas bien despejé mi mente. Me di cuenta de algo que me provoco algo de ansiedad: Que me gustaría vivir aquí.

Nunca ni por nada he admirado la cultura estadounidense. Pero en que estado mental me he sentido tan arrinconado para pensar que ésta es una escapatoria.



Ahora quiero dar a entender que esto no se pude justificar por un estilo de vida de primer mundo. Va mas alla de eso. Es un estado mental. Es una inquietud colectiva. Una ansiedad social. No se lee en un libro y ningún profesor te preparatoria te prepara para esto. Esto es guerra. Esto es un extremo el cual se ignora en clases de Civismo. Aqui... estamos solos.



Tuve ganas de vivir aquí. De ver aquí en este Red Lobster a mi familia sentada y cenando. Viendo cada quien a su ensalada. EN MALDITA Y EXTRAÑADA PAZ.

Wuey que emoción que decidir la marca de tu celular 3G sea una de tus mayores preocupaciones.


Ya no me da risa. Me da pena y hueva.

(pa los que sepan) Safo.


*Me disculpo por la falta de graficos+
**Creo que es momento de pasar a podcasts++
***Prometo no volver a escribir en este estado+++ppuuuu