Bocas del Toro es una playa a la cual llegué por accidente después de estar varado en Panama City algunos días. Ya sin mucho que ver en este Miami centroamericano, me lancé al aeropuerto a ver si de casualidad había vuelos. Afortunadamente lo logré y unos minutos después de vencer el miedo de ir en un avión de hélices (más miedo que Niurka en celo), pude disfrutar de la vista del trayecto de menos de una hora.
Priceless
Por favor, al aterrizar no se pierdan el espectáculo de ver la cancha llanera de futbol a centímetros de la pista. Con suerte les tocará ver algún juego y quizá patear un balón de regreso desde la pista. Desde ese momento me di cuenta del tipo de gente vive en Bocas del Toro. La primera persona que se te acercá en el aeropuerto es el clásico lanchero o chalan – no olviden poner su cara de turista desubicado para facilitarle el trabajo.
En este momento tienes dos opciones; ignorarlo y salir a ver que te depara Bocas, o pedirle una recomendación de hotel, ponerte en sus manos y rogar que no te sangre demasiado. Eviten el viaje del aeropuerto al centro del pueblo, cuesta un dólar (US) y son solo 2 cuadras caminando (a cualquier parte que vayas en taxi te cuesta un dólar). Busquen algún hotel que se adapte a su presupuesto: por US$20–25 puedes encontrar un cuarto individual con baño y aire acondicionado.
Ahora, si viajan solos como normalmente yo lo hago, pueden ir a caminar por el pueblo, pero en 30 minutos le habrán dado toda la vuelta. Pueden tomar su libro favorito y sentarse a leer en alguna banca, café o restaurant, pero eso está de hueva. O pueden decirle al chalán que se calle la boca por un segundo y te deje de estar ofreciendo viajes en lancha y clases de buceo y te recomiende un buen lugar para comer y tomarte una cerveza.
Si el chalán en cuestión te cayó bien, que generalmente es así porque es su trabajo, pueden invitarlo a comer y a tomar algo. Esto tiene varios propósitos; 1) Siempre es mejor comer acompañado; 2) El chalán dejará de verte solo como una presa y de ser un vendedor agresivo y convertirse en un verdadero guía; 3. Honestamente te recomendará los buenos sitios a donde ir a tomar y conocer gente, y no solo a donde le dan comisión; y 4) Estos tipos realmente tienen unas historias interesantes sobre la gente que conocen. Regla de oro, entre más feo esté el chalan, mejores las historias y más buenas las mujeres extranjeras que supuestamente se ha echado.
El chalán que me fue designado era una cruza entre Tin Tan, Marlon Wayans, y un xoloitzcuintle. Supongo que los cruzan así para apelar a la mayor demografía posible.
Luego les sigo contando como me fue esa noche. Represent!
5 comments hasta el momento. Dinos qué piensas.
wuey, puedo visualizar a tu chalan a la perfeccion.
Oye uba tu eres rico?
jajajajaja
el chalan...que mamada...
suena como las viejas que iban a Pikiu (bar horrible de Torreon, Coah, para los desubicados) un buen viernes.
te cojiste al chalán en la noche??? wacala weeeey jajaja
A ver. Primero, no soy rico, pero sé como hacerme rico. Al que le interese le puedo enseñar.
Ingste, tienes razón, no lo había visto asi. Extraño a las viejas de Pikiu. Sabían como hacerme sentir importante.
Jime, way to screw up my story. Ahora no les voy a contar nada!
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