Bueno, son fechas decembrinas. Ya hace frío y la gente anda de arriba a abajo con cara de preocupación porque curiosamente en estas fechas el dinero nunca alcanza para lo que queremos hacer.
Como comentábamos, en
tiempos de crisis, se siente una neblina en la ciudad que parece agobiar a todos. La razón: el dinero.
Es curioso que con el paso del tiempo el concepto de Navidad cambia. Entre mas pelos nos salen menos creemos en la "magia" de estas fechas. Incluso, secretamente odiamos que lleguen estas fechas porque representa un gasto considerable en nuestros bolsillos; representa atiborrarnos de comida y que después tendremos que bajar esos kilitos de más; representa tener que abrazar a gente que sólo abrazamos en su cumpleaños (y eso ya de plano no nos pudimos esconder durante todo el día); representa tener que ponernos capas y capas de ropa hasta limitar el movimiento de nuestras extremidades...
Creo que hay momentos que van marcando nuestra pérdida de inocencia. Son momentos que no se nos van a olvidar nunca. Sucesos que van a cambiar la estructura de nuestros pensamientos para siempre.
Y esto pasa en todos los sentidos. Como cuando descubres que no existe Santa. O que no existe el ratón de los dientes. Cuando ves pornografía por primera vez. Cuando ves una escena violenta en el mundo real. Cuando lees esa nota roja en el periódico que ni de chiste encontrarías en tu casa...
Todas estas cosas van quitando costras. Poco a poco, como las iguanas al cambiar de piel. Hasta que nos convertimos en adultos.
Es obvio pensar que parte de estos sucesos ocurren en la escuela. Pasamos muchísimo tiempo en las escuelas. Siempre me he preguntado si de alguna forma u otra los sistemas educativos buscan propiciar estos sucesos que descarapelan. En mi opinión, yo creo que si.
Aún recuerdo muchas de las lecturas que teníamos que leer por imposición de los maestros. Creo que la lectura es el método más utilizado para propiciar la pérdida de inocencia.
Para estas fechas, casi en automático, y gracias a los medios, recordamos cuentos. El de rodolfo el reno, el de el sr. Scrooge.
Yo siempre recuerdo un cuento en particular: El regalo de los magos.
Este cuento cambió mi forma de ver las fechas festivas. Aprendí que navidad siempre tiene un dejo avinagrado. Que no es que sea bueno o malo, simplemente real.
Aquí les dejo el cuento en cuestión. Espero y les guste.
En inglés:
The Gift of the MagiEn español:
El regalo de los reyes magosSi te gustan los cuentos cortos, tal vez disfrutes leer uno a la semana. O puedes informarte un poco más sobre el cuento más espectacular de nuestros tiempos: la cientología.