Una batalla épica contra mi némesis: Vomitron

He sido un empleado formal durante 4 años aproximadamente. Por formal me refiero a que paso casi 8 horas de lunes a viernes en una oficina leyendo blogs y comiendo pastillas Halls mientras camino por el estacionamiento. Eso está bien por mí. Durante esos 4 años, casi todos los viernes durante unas 3 o 4 horas he estado pelando una épica batalla contra mi némesis natural Vomitron. El hijo de puta más despiadado del universo.

Me rehúso a subir tan horrible imagen

Vomitron llega cuando más lo esperas: Crudo en una junta tempranera, crudo manejando rumbo al trabajo o simplemente cuando estás crudo estudiando las elaboradas tuberías que genera el protector de pantalla de tu computadora. Es un despiadado hijo de golfa con sífilis.

Con el tiempo he aprendido técnicas orientales y occidentales para combatirlo y en resumen yo creo que he ganado el 70% de las batallas. El otro 30% han sido de los días más grises, penosos e inhumanamente dolorosos de mi vida. Y si, como todo hombre he llorado cuando la derrota llega.

Hoy, me temo, será uno de esos días…

Sentí la batalla venir desde la avenida Garza Sada (a unas cinco cuadras de mi casa) rumbo al trabajo. Lo sentí en la medula de mis aun adoloridos huesos (iré un poco lejos con esta descripción, pero es para que entiendan el temor que un individuo puede llegar a sentir cuando el pinche Vomitron comienza a tocar sus tambores bélicos en los rincones más inhóspitos de tu ser), mi escroto se estremeció.

"Oh oh. Garza Sada se ve diferente hoy"

Ya en la oficina llegue a mi lugar, abrí mi laptop y se armaron los chingazos. Vomitron y sus látigos hechos de cadenas de lava galopando en su corcel negro hecho del llanto de niños huérfanos atacó mis desprotegidos territorios sin misericordia. Mis terminaciones nerviosas fueron violadas y masacradas como Polonia por los alemanes en 1939. Mi ataque frontal de Alca Seltzer fue neutralizado en instantes y al parecer creo que mi porcentaje de victorias cambiaría. Para mal. "Oh Vomitron, potente némesis. Con tus bíceps inflamados crees haber hecho de mi una más de tus prostitutas" dije mientras golpeaba el teclado con el puño cerrado haciendo desaparecer las impresionantes tuberias verdes. Pero esto aun no ha terminado.

Alca Seltzer

Mi segundo ataque con vitamina T (tacos) al aparecer lo debilitó. La viscosa propiedad de estos valientes soldados han protegido las paredes de mi castillo estomacal evitando así la quemante furia de sus látigos. “Te la pelas Vomitron o hermano del imbécil de Criss Angel” grite calladamente en mi lugar mientras me le quedaba viendo sin parpadear a mi "compañero de trabajo" vecino que ya tenia unos minutos de estarme viendo. Toda mi esperanza yacía en mi tercer y fulminante ataque: Dos cañonazos de Cafiaspirinas acompañadas del efervescente jugo curativo de la Coca Cola Light. “Siente mi espumosa y llena de cafeína furia oh estúpido Vomitron” pensé mientras bebía el bélico néctar. “¿Cómo se siente eh? ¿Pica? ¿Arde? ¿Quema? ¿Estúpido Vomitron? Estúpido Vomitron” dije lleno de confianza.

En verde: Cafiaspirina. En rojo: Vomitron

Su valiente corcel se ahoga. Sus látigos de lava se atenúan. Su incontrolada erección de poder se ablanda. “Me la pelas Vomitron oh valiente contrincante” cante de pie en mi lugar casi al punto del llanto. Mi vecino se fue en ese instante a la oficina de recursos humanos todo idiota.

Revigorizado salí al estacionamiento con mis pastillas Halls. Mientras disolvía la cuarta pastilla caminaba y dije en voz medianamente alta “Te he vencido hijo del copete de Fernando Colunga. Duerme pequeño. Descansa porque yo se que esta no es ninguna victoria. Reúne tus fuerzas, pule las puntas de tus flechas, afila tus espadas, dale alfalfa transgénica a tu corcel y aquí nos vemos. Te espero con odio del bueno oh, venudo contrincante. Te espero aquí dentro de 7 lunas o lo mas seguro es que antes. Valiente imbécil lleno de músculos. Te amo.” Los idiotas, o como me piden que les diga aquí “mis colegas” se me quedaron viendo con miedo-pena desde la ventana. Meti otra Halls a mi boca y les sonreí. No soy el mejor empelado.

Hasta pronto oh, valiente estúpido